Titiriteros
En muchas ocasiones he tenido la impresión de que, lejos de ser un político un gestor público, Francisco Camps es una especie de titiritero, uno de esos charlatanes de feria sin mucho que ofrecer pero con cierta capacidad para vender humo, aunque sin la más mínima idea de qué está hablando. Esta impresión se convirtió en certeza el pasado fin de semana cuando el Molt Honorable enunció, en Fitur, su peregrina teoría sobre las Fábricas del siglo XXI.
Para los que no entiendan el rico mundo interior de Camps, se lo trato de descifrar. Las Fábricas del siglo XXI a los que Camps se refiere son los Proyectos Temáticos del Consell -Terra Mítica, La Ciudad de la Luz o la Ciutat de les Arts i les Ciències- y la industria para la que estas fábricas desarrollan su actividad es el turismo.
Camps afirmó, mezclando churras con merinas y sin el menor rubor, que la Comunitat Valenciana creará empleo industrial a través del turismo. Pues bien, ni el turismo es una industria, ni el empleo generado es industrial. Pero eso no es lo peor. En rigor, los Proyectos Temáticos de Franciso Camps son la culminación del escándalo urbanístico y las corruptelas de la era Zaplana, iniciadas con Terra Mítica.
Para construir el sumidero financiero de Benidorm tuvo que arder intencionadamente un bosque de pino mediterráneo, y el resultado no es sólo un parque temático para la celebración de bodas y comuniones que agoniza, sino complejos urbanísticos de lujo, campos de golf y adosados, en terrenos de alto valor ecológico y social.
Como no hay titiritero sin marionetas, los fantoches son los miembros del Consell que, salvo excepcines que yo conozca, se dedican incansablemente a hacer declaraciones públicas afirmando obviedades, a anunciar planes que no llevan a ninguna parte, y a fantasear con futuros inciertos a costa del despilfarro de caudales públicos.
Si les digo que la deuda de la Generalitat Valenciana asciende a 10.229 millones de euros, quizá no se hagan a la idea. Pero si les digo que cada uno de ustedes tienen una deuda de 2.469 euros, quizá puedan tomar consciencia de dónde estamos y hacia dónde vamos.
Sirvan sólo dos ejemplos para ilustrar las políticas de fachada y la corte de aprovechados en que se ha convertido el gobierno de la Generalitat Valenciana: la Conselleria de Salut invertirá sólo en publicidad, a cuatro meses de las elecciones autonómicas y en un solo mes, el equivalente a la construcción de dos centros de salud. Así que, cuando vaya usted a su centro de slaud o tenga que esperar para ser operado en un hospital público, recuerde que es su dinero, el de cada uno de ustedes, el que se derrocha en propaganda electoral del partido que gobierna la Generalitat Valenciana.
Y, cuando lleve a sus hijos al barracón del colegio, recuerde que la empresa pública encargada de construir los colegios valencianos, CIEGSA, se ha construido una nueva sede social.
Que no nos traten de confundir, los grandes proyectos de este Consell no nos benefician directamente ni a usted ni a mí, tampoco las urbanizaciones de lujo construidas en el entorno de Terra Mïtica. Es pan para hoy y hambre para mañana. Proyectos Temáticos SA es la legalización del pelotazo, la culminación de la compra de voluntades y las corruptelas, y no es el instrumento que el desarrollo turístico, económico y social que la Comunitat Valenciana necesita.
Todo es discutible, claro está, pero esta tierra necesita proteger sus paisajes, sus costumbres, sus playas, sus montes, sus ríos, sus parques naturales, sus industrias tradicionales, sus raíces y su patrimonio humano y cultural, adaptarlos a las nuevas realidades y aprovechar las fortalezas que ha atesorado durante las últimas décadas.
Basta de mitos, basta de palabras vacías, la Comunitat Valenciana no es un destino turístico pionero, no somos líderes. A lo sumo, encabezamos la lista de Comunidades Autónomas donde el tejemaneje y la compra de voluntades políticas, de todos los signos, campa más a sus anchas sin que a casi nadie le moleste.